Cáncer colorrectal
Nuestro equipo dedicado de especialistas brinda atención integral para el cáncer colorrectal, desde la detección temprana hasta el tratamiento avanzado. Ofrecemos planes de tratamiento personalizados, terapias innovadoras y atención de apoyo para ayudarlo a combatir el cáncer colorrectal y mejorar su calidad de vida.
Llame al 911 si está gravemente herido o siente que necesita atención de emergencia. Los servicios de emergencia le ayudarán a decidir el mejor curso de acción.
Tratamiento integral del cáncer colorrectal
En TMC Health Cancer Center en Tucson, los especialistas en cirugía colorrectal lideran nuestro enfoque multidisciplinario para brindar un tratamiento integral y personalizado para el cáncer colorrectal. Utilizamos herramientas de diagnóstico avanzadas como la colonoscopia y las imágenes para la detección temprana. Nuestra experiencia abarca un espectro completo de opciones de tratamiento, que incluyen técnicas quirúrgicas sofisticadas, quimioterapia y radioterapia, todas adaptadas a sus necesidades individuales. Desde el diagnóstico inicial hasta cada etapa del tratamiento y hasta la supervivencia, nuestro compromiso es brindar atención compasiva y centrada en el paciente, asegurando los mejores resultados posibles para nuestra comunidad del sur de Arizona.
Dr. Schluender
Factores de riesgo para el cáncer colorrectal
La Dra. Stefanie Schluender forma parte de la Especialistas en cirugía colorrectal de TMC Health Cancer Center equipo.
Nuestro equipo trabaja con usted para proporcionar
- Diagnóstico y tratamiento avanzados
- La última tecnología y técnicas especializadas para mejorar la atención. Nuestros equipos tienen mucha experiencia en cirugía mínimamente invasiva, así como en una mejor recuperación después de la cirugía.
- Trabajaremos con usted para revisar todas sus opciones de tratamiento y elegir el tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades.
- El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia (incluidos ensayos clínicos), radioterapia o una combinación de estas.
- Cuidados paliativos
- Un enfoque de equipo multidisciplinario que incluye la Especialistas en Cirugía Colorrectal
Información
Hacerse un examen para detectar cáncer de colon y recto (también llamado cáncer colorrectal) es una forma muy importante de mantenerse saludable. Ayuda a los médicos a detectar cualquier problema a tiempo, incluso antes de que tenga síntomas. Cuando el cáncer se detecta cuando es pequeño y no se ha propagado, por lo general es más fácil de tratar y vencer.
Piénselo de la siguiente manera: los controles regulares pueden encontrar pequeños problemas, como pequeños crecimientos llamados pólipos. Estos pólipos no son cáncer, pero pueden convertirse en cáncer con el tiempo, ¡a veces hasta 10 a 15 años! Hacerse un chequeo puede ayudar a los médicos a encontrar y extirpar estos pólipos antes de que se conviertan en un problema grave. Por lo tanto, no se trata solo de detectar el cáncer a tiempo; También se trata de prevenirlo en primer lugar.
La Sociedad Americana Contra El Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) sugiere ahora que la mayoría de las personas deben comenzar a hacerse pruebas de detección de cáncer de colon a los 45 años. Solían decir 50 años, pero lo cambiaron porque han visto a más personas jóvenes contraer este tipo de cáncer.
Incluso si se siente saludable y no tiene ningún problema, es importante que piense en hacerse la prueba de detección cuando sea el momento. Su médico puede ayudarle a determinar cuándo es el mejor momento para comenzar. Cosas como los antecedentes de salud de su familia también pueden influir en cuándo debe comenzar a hacerse las pruebas de detección. Por ejemplo, si alguien de tu familia ha tenido cáncer de colon, el médico podría sugerirte que empieces antes.
Recuerde hablar con su médico acerca de cuándo tú debería comenzar a ser revisado. Ellos pueden ayudarlo a comprender su riesgo y hacer el mejor plan para usted. Además, es una buena idea consultar con su compañía de seguros para ver qué pruebas de detección cubren.
Hay varias maneras de detectar el cáncer de colon y recto. Estos son algunos de los principales:
Pruebas en las heces: Estas pruebas buscan signos de cáncer o pólipos en las heces.
- Prueba de sangre oculta en heces (FOBT): Esto verifica si hay pequeños trozos de sangre que no se pueden ver. Por lo general, esta prueba se hace en casa y se envía una muestra.
- Prueba inmunoquímica fecal (FIT): Esta es otra prueba que busca sangre oculta en las heces. A menudo es más fácil de hacer que la FOBT.
- Prueba de ADN en heces (FIT-DNA), como Cologuard®: Esta prueba busca sangre oculta y cambios en el ADN de las heces que podrían ser un signo de cáncer o pólipos. Lo haces en casa y envías una muestra.
Pruebas que examinan el interior del colon: Estas pruebas permiten a los médicos ver el revestimiento del colon y el recto.
- Colonoscopia: Esta es una prueba común en la que el médico usa un tubo largo y flexible con una cámara para observar todo el colon y el recto. Si ven algún pólipo, por lo general pueden extirparlo durante la prueba. Tendrá que limpiarse antes de esta prueba y le administrarán un medicamento para que se sienta somnoliento y no sienta nada.
- Sigmoidoscopia: Es como una colonoscopia, pero el tubo es más corto, por lo que solo observa la parte inferior del colon (el sigmoides) y el recto.
- Colonoscopia virtual (colonografía por tomografía computarizada): Utiliza rayos X especiales para crear imágenes del colon y el recto. Es menos invasiva que una colonoscopia regular y no es necesario que lo duerman. Sin embargo, si encuentran algo, es posible que necesites una colonoscopia regular para extirparlo.
Es muy importante que hable con su médico sobre qué prueba de detección es mejor para usted. Tendrán en cuenta su edad, su salud y sus antecedentes familiares para ayudarle a decidir. ¡Hacerse la prueba de detección es un paso simple que puede tomar para proteger su salud!
Si una prueba de detección encuentra pólipos, el médico puede hacer una biopsia, lo que significa tomar una pequeña muestra de tejido para observarla bajo un microscopio. A menudo, estos pólipos se pueden extirpar durante la colonoscopia o la sigmoidoscopia. Si la prueba de detección sugiere cáncer o si tiene síntomas, su médico le hará más pruebas para averiguar qué está pasando. Esto puede incluir preguntar sobre sus antecedentes de salud y hacer un examen físico. Si estas pruebas no muestran cáncer, es posible que no necesites más pruebas o tratamiento, pero tu médico podría recomendarte chequeos regulares.
Nuestros especialistas utilizan un sistema de estadificación para describir el alcance del cáncer de colon y recto. Esto nos ayuda a determinar el plan de tratamiento más adecuado para cada individuo. Las etapas se basan en cuánto ha crecido el cáncer y si se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
Etapas del cáncer de colon
- Estadio 0 (carcinoma in situ): En esta etapa más temprana, las células cancerosas se encuentran solo en el revestimiento más interno del colon. No han crecido más allá de esta capa.
- Etapa I: El tumor ha crecido hacia la pared interna del colon, pero aún no ha crecido a través de toda la pared. No se propaga a los ganglios linfáticos cercanos ni a sitios distantes.
- Etapa II: El tumor ha crecido más profundamente, ya sea dentro o a través de la pared del colon. Es posible que haya invadido los tejidos cercanos, pero las células cancerosas no se han diseminado a los ganglios linfáticos.
- Etapa III: El cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos. Sin embargo, aún no se ha extendido a otras partes distantes del cuerpo.
- Etapa IV: Esta etapa indica que el cáncer se ha diseminado a otros órganos o ganglios linfáticos distantes del cuerpo, como el hígado o los pulmones.
- Repetición: El cáncer de colon recurrente significa que el cáncer ha regresado después de un período de tratamiento exitoso cuando ya no era detectable. Puede reaparecer en el propio colon o en otras zonas del cuerpo.
Estadios del cáncer de recto
El sistema de estadificación del cáncer de recto es muy similar al del cáncer de colon:
- Estadio 0 (carcinoma in situ): Esta es la etapa más temprana, en la que las células cancerosas están confinadas a la capa más interna del recto y no han crecido hacia tejidos más profundos.
- Etapa I: El tumor ha crecido hacia la pared del recto, pero no se ha extendido a través de toda la pared y no se ha diseminado a los ganglios linfáticos ni a sitios distantes.
- Etapa II: El tumor ha crecido más profundamente dentro o a través de la pared del recto y es posible que haya invadido el tejido cercano. Es importante destacar que las células cancerosas no se han diseminado a los ganglios linfáticos.
- Etapa III: El cáncer se diseminó a los ganglios linfáticos cercanos, pero no se diseminó a otras partes del cuerpo.
- Etapa IV: Esta etapa avanzada significa que el cáncer se ha diseminado a otros órganos o ganglios linfáticos distantes, como el hígado, los pulmones o los ganglios linfáticos distantes.
- Repetición: El cáncer de recto recurrente es un cáncer que ha reaparecido después de un período de tiempo en el que no se pudo detectar después del tratamiento. Puede reaparecer en el recto o en otras áreas del cuerpo.
Comprender el estadio del cáncer de colon o recto es un paso crucial en la planificación de su tratamiento personalizado en TMC Health Cancer Center. Nuestro equipo multidisciplinario evaluará cuidadosamente su situación individual para brindarle la atención más efectiva y compasiva.
El cáncer anal es un crecimiento en el canal anal, el tubo corto al final del recto. Los síntomas pueden incluir sangrado rectal, sangre en las heces y dolor anal, que a veces se confunde con hemorroides.
La mayoría de los tratamientos para el cáncer anal ahora involucran quimioterapia y radiación, posiblemente evitando la cirugía, que era más común en el pasado. El canal anal es un tubo corto rodeado de músculos que controlan los desechos que salen del cuerpo.
Los síntomas también pueden incluir crecimiento, picazón anal y viajes más frecuentes al baño. Consulte a un médico si tiene algún síntoma preocupante.
El cáncer anal ocurre cuando las células del canal anal cambian su ADN, diciéndoles que crezcan y se multipliquen rápidamente, formando un tumor que puede invadir el tejido sano y propagarse. Se cree que el virus del papiloma humano o VPH, un virus común de transmisión sexual, causa la mayoría de los cánceres anales.
Los factores de riesgo incluyen exposición al VPH, más parejas sexuales, sexo anal receptivo, tabaquismo y antecedentes de cáncer de cuello uterino, vulva o vagina, o un sistema inmunitario débil. El cáncer anal rara vez se propaga, pero cuando lo hace, es más difícil de tratar, y a menudo afecta el hígado y los pulmones. Para obtener más información sobre el tratamiento, la prevención y más Visite nuestra biblioteca de salud.
El cáncer de colon comienza en el intestino grueso y, a menudo, afecta a los adultos mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general, comienza como pólipos no cancerosos que pueden convertirse en cáncer con el tiempo. Es posible que el cáncer de colon temprano no cause síntomas, por lo que las pruebas de detección periódicas son importantes para la detección y extirpación de pólipos.
Los síntomas del cáncer de colon pueden incluir cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal, malestar abdominal, debilidad, pérdida de peso inexplicable y la sensación de que el intestino no se vacía por completo. Si experimenta síntomas persistentes y preocupantes, consulte a un profesional de la salud.
Si bien se desconoce la causa exacta de la mayoría de los cánceres de colon, ocurre cuando las células del colon desarrollan cambios en el ADN, lo que hace que se multipliquen rápidamente y formen tumores. Los factores que pueden aumentar el riesgo incluyen la edad avanzada, los antepasados, los antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal o pólipos, las enfermedades inflamatorias intestinales, los síndromes hereditarios, una dieta baja en fibra y alta en grasas, la falta de ejercicio, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida e inmunoterapia, incluidas técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas. Para más detalles e información sobre el cáncer de colon Visite nuestra biblioteca de salud.
Si te han diagnosticado poliposis adenomatosa familiar o PAF, debes saber que es una afección hereditaria poco frecuente. La poliposis adenomatosa polialimentaria es causada por un problema con un gen y provoca muchos pólipos en el colon y el recto. Estos pólipos pueden volverse cancerosos a menudo a partir de los 40 años.
El signo principal de la poliposis adenomatosa adenomatosa familiar son muchos pólipos en el colon y el recto, que generalmente comienzan en la adolescencia. Debido a que estos pólipos casi siempre se convierten en cáncer, a menudo se necesita cirugía para extirpar el intestino grueso. Los pólipos también pueden crecer en la parte superior del intestino delgado, pero por lo general se pueden controlar con controles y extirpaciones regulares.
Algunas personas tienen una forma más leve llamada PAF atenuada, con menos pólipos y un riesgo de cáncer posterior.
La poliposis adenomatosa adenomatosa familiar es causada por un defecto genético que a menudo se hereda de uno de los padres. Tener un miembro de la familia con poliposis adenomatosa familiar, aumenta el riesgo.
Además del cáncer de colon, la poliposis adenomatosa adenomatosa fecundaria puede provocar pólipos en el intestino delgado, el estómago y alrededor de los conductos biliares y pancreáticos. También son posibles crecimientos no cancerosos llamados desmoides, tumores de piel, crecimientos óseos, cambios en los ojos, problemas dentales y recuentos bajos de glóbulos rojos.
Si bien no se puede prevenir, las pruebas genéticas y el asesoramiento sobre la poliposis adenomatosa adenomatosa adetróstica crónica son importantes si tienes antecedentes familiares. Si tiene poliposis adenomatosa familiar, las pruebas de detección y la cirugía regulares pueden ayudar a prevenir el cáncer colorrectal y otros problemas.
El diagnóstico consiste en examinar el colon y el recto con tubos flexibles como la sigmoidoscopia y la colonoscopia. Los médicos también pueden utilizar la endoscopia superior y las imágenes como la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Un análisis de sangre puede detectar el gen FAP.
El tratamiento a menudo comienza con la extirpación de pólipos durante la colonoscopia. Sin embargo, la cirugía para extirpar parte o la totalidad del colon suele ser necesaria para prevenir el cáncer. Esto a veces se puede hacer con cirugía mínimamente invasiva. Incluso después de la cirugía, es importante realizar exámenes regulares del colon restante, el intestino delgado y otras áreas para detectar más pólipos u otras complicaciones, como tumores desmoides. Los tratamientos para estos problemas pueden incluir más cirugía, medicamentos u otras terapias. Los investigadores también están estudiando nuevos tratamientos. Para obtener más información sobre el tratamiento, el diagnóstico y más Vaya a nuestra biblioteca de salud.
El cáncer de recto comienza en el recto, la última parte del intestino grueso. 1 A menudo agrupado con el cáncer de colon como cáncer colorrectal, el tratamiento del cáncer de recto difiere debido al estrecho espacio del recto cerca de otros órganos. A medida que la enfermedad avanza, pueden aparecer síntomas como cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal o dolor abdominal. Si bien a menudo se desconoce la causa exacta, implica cambios en el ADN de las células rectales que conducen al crecimiento del tumor. Los factores de riesgo son similares a los del cáncer de colon, incluidos los antecedentes de pólipos, la raza, la diabetes, el consumo excesivo de alcohol, una dieta baja en vegetales y alta en carnes rojas, antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedad inflamatoria intestinal, síndromes hereditarios, obesidad, edad avanzada, radiación previa y tabaquismo. El tratamiento suele consistir en cirugía, posiblemente con quimioterapia, terapia dirigida a la radiación o inmunoterapia. Obtenga más información sobre los síntomas, las causas, la prevención y las opciones de tratamiento del cáncer de recto. Más información sobre el tratamiento, la prevención y más en nuestra biblioteca de salud.
El cáncer de intestino delgado comienza en el intestino delgado, que digiere los alimentos y absorbe los nutrientes. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, ictericia, debilidad, náuseas, vómitos, pérdida de peso inexplicable, sangre en las heces, diarrea y enrojecimiento de la piel. Se desconoce la causa, pero implica cambios en el ADN de las células del intestino delgado, lo que hace que se multipliquen y potencialmente se propaguen. Los tipos incluyen adenocarcinoma, tumores neuroendocrinos, linfoma y sarcoma de tejidos blandos. Los factores de riesgo incluyen cambios hereditarios en el ADN, otras enfermedades intestinales, sistemas inmunitarios debilitados y, posiblemente, la dieta. El tratamiento a menudo implica cirugía y puede incluir quimioterapia dirigida o radiación. Las complicaciones pueden incluir un mayor riesgo de otros cánceres y la propagación del cáncer. Para obtener más información sobre el cáncer de intestino delgado, incluso sobre el diagnóstico y el tratamiento Visite nuestra biblioteca de salud.
Enfrentar un diagnóstico de cáncer colorrectal puede ser abrumador, pero sepa que no está solo. En nuestro centro, creemos en un enfoque de equipo para su atención. Esto significa que un grupo de especialistas dedicados trabajará en conjunto para crear un plan de tratamiento que se adapte solo para usted. Este equipo puede incluir cirujanos, oncólogos, oncólogos radioterápicos, radiólogos, patólogos y muchos otros profesionales de apoyo como enfermeras, dietistas y consejeros. Todos nos unimos para compartir nuestra experiencia y asegurarnos de que reciba la mejor atención posible en cada paso del camino. Estaremos aquí para explicarte todo claramente y responder a todas tus preguntas. Puede obtener más información sobre el equipo de especialistas colorrectales aquí
La buena noticia es que hay varias formas efectivas de tratar el cáncer colorrectal. Los principales factores que nos ayudan a decidir qué tratamientos son los mejores para usted son la ubicación del tumor en el colon o el recto y cuánto ha crecido el cáncer (el estadio). Es posible que tenga un tipo de tratamiento o una combinación de ellos. Los tratamientos contra el cáncer se pueden agrupar en dos tipos principales:
- Terapia local: Estos tratamientos se enfocan en el cáncer en o cerca del colon o el recto. Cirugía y radioterapia son terapias locales. La cirugía tiene como objetivo extirpar el cáncer, mientras que la radiación utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas en un área específica. Incluso si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, se puede usar terapia local para ayudar a controlarlo en esos lugares específicos.
- Terapia sistémica: Estos tratamientos utilizan medicamentos que viajan a través del torrente sanguíneo para llegar y atacar las células cancerosas en todo el cuerpo. Quimioterapia y Terapia biológica son tratamientos sistémicos.
La cirugía suele ser el tratamiento primario para los cánceres de colon y recto (Instituto Nacional del Cáncer). El abordaje quirúrgico específico depende de la ubicación y el estadio del cáncer.
- Colonoscopia: Durante una colonoscopia, si se detecta un pólipo pequeño en etapa temprana (un crecimiento que podría volverse canceroso), a menudo se puede extirpar de inmediato. En algunos casos, los tumores pequeños en la parte inferior del recto también se pueden extirpar a través del ano.
- Laparoscopia: Para el cáncer de colon en etapa temprana, los cirujanos pueden usar la laparoscopia. Esta técnica mínimamente invasiva consiste en insertar un tubo delgado e iluminado, llamado laparoscopio, a través de unas pequeñas incisiones en el abdomen. El cirujano utiliza el laparoscopio para visualizar el interior del abdomen, extirpar el tumor, parte del colon sano y los ganglios linfáticos cercanos. También verificará si hay signos de propagación del cáncer.
- Cirugía abierta: Este método quirúrgico tradicional implica una incisión más grande en el abdomen para extirpar el tumor, una sección del colon o recto sano y los ganglios linfáticos cercanos. Durante la cirugía abierta, el cirujano también examinará los tejidos y órganos circundantes en busca de cualquier evidencia de propagación del cáncer.
- Conexión del intestino y la posibilidad de un estoma: Después de extirpar una parte del colon o el recto, el cirujano suele intentar volver a conectar las secciones sanas restantes. Sin embargo, en algunas situaciones, la reconexión inmediata no es factible. En tales casos, el cirujano puede crear un estoma, una abertura en la superficie del abdomen, para desviar los desechos. El extremo superior del intestino se conecta al estoma y se coloca externamente una bolsa de recolección. Para muchas personas, un estoma es temporal, lo que permite que el intestino sane antes de ser revertido quirúrgicamente. Sin embargo, los pacientes con tumores en la parte inferior del recto pueden requerir un estoma permanente. Esta posibilidad será discutida con usted en detalle por su equipo quirúrgico.
La quimioterapia implica el uso de medicamentos contra el cáncer para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. Estos medicamentos circulan por el torrente sanguíneo y pueden llegar a las células cancerosas independientemente de su ubicación (Instituto Nacional del Cáncer). Por lo general, la quimioterapia se administra por vía intravenosa (a través de una vena), pero a veces se puede administrar por vía oral (por la boca). El tratamiento puede ocurrir en varios entornos, incluido el hospital, clínicas ambulatorias o incluso en el hogar.
Para algunos pacientes con cáncer de colon o recto avanzado, se puede recomendar la terapia biológica, también conocida como terapia dirigida. Estos medicamentos, incluidos los anticuerpos monoclonales, están diseñados para dirigirse a moléculas específicas involucradas en el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas (Instituto Nacional del Cáncer). Los agentes biológicos generalmente se administran por vía intravenosa y se pueden administrar al mismo tiempo que la quimioterapia.
La radioterapia utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas dentro de un área localizada (Instituto Nacional del Cáncer).
- Radiación externa: La radiación se administra desde una máquina fuera del cuerpo, como un acelerador lineal. Los tratamientos generalmente se administran de forma ambulatoria, varios días a la semana durante un período específico.
- Radiación interna (braquiterapia): Esta técnica consiste en colocar material radiactivo directamente dentro o cerca del tumor a través de tubos delgados. Los pacientes que se someten a braquiterapia generalmente requieren una estadía en el hospital durante varios días mientras los implantes están en su lugar.
- Radioterapia intraoperatoria (RIO): En casos seleccionados, la radiación se puede administrar directamente al sitio del tumor durante la cirugía.
Es importante saber que la forma en que tratamos el cáncer de colon a veces puede ser diferente de la forma en que tratamos el cáncer de recto:
- Cáncer de colon: La cirugía suele ser el tratamiento principal para el cáncer de colon. La quimioterapia se puede usar junto con la cirugía. La terapia biológica puede ser una opción para el cáncer de colon avanzado. Por lo general, no se necesita una colostomía para el cáncer de colon. La radioterapia no se usa con mucha frecuencia para el cáncer de colon, pero a veces puede ayudar con el dolor u otros síntomas.
- Cáncer de recto: La cirugía también es un tratamiento común para todas las etapas del cáncer de recto. Sin embargo, la radioterapia y la quimioterapia a menudo se usan junto con la cirugía. La radiación se puede administrar antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor o después de la cirugía para destruir las células cancerosas restantes. En algunos casos, se administra radiación durante la cirugía. Aproximadamente una de cada ocho personas con cáncer de recto podría necesitar una colostomía permanente. La terapia biológica también se puede usar para el cáncer de recto avanzado.
Le explicaremos cuidadosamente todas sus opciones de tratamiento y lo que puede esperar. Recuerde, somos un equipo y trabajaremos juntos con usted para crear un plan de tratamiento que satisfaga sus necesidades individuales y lo ayude en su camino hacia la recuperación.
Las investigaciones muestran que algunas cosas pueden hacer que usted sea más propenso a contraer cáncer de colon y recto (también llamado cáncer colorrectal). Algunas de estas cosas, como lo que comes y lo activo que eres, puedes cambiarlas. Otros, como la edad y los antecedentes familiares, no puedes. Pero conocer estos factores de riesgo es importante para todos.
Hay varios factores de riesgo para el cáncer colorrectal sobre los que usted tiene cierto control:
- Su peso: Tener sobrepeso u obesidad, especialmente alrededor de la cintura, puede aumentar el riesgo.
- Qué tan activo es: No hacer suficiente ejercicio también puede aumentar el riesgo.
- Su dieta: Comer mucha carne roja (como carne de res y cordero) y carnes procesadas (como salchichas y fiambres) está relacionado con un mayor riesgo. Comer más frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a reducir el riesgo.
- Tabaquismo: Fumar no solo es malo para los pulmones; También puede aumentar el riesgo de cáncer de colon.
- Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol se ha relacionado con una mayor probabilidad de contraer cáncer colorrectal. Limitar el consumo de alcohol puede reducir este riesgo.
Algunos factores de riesgo para el cáncer colorrectal están fuera de su control:
- Su edad: El cáncer colorrectal es mucho más común en personas de 50 años o más.
- Su historial médico: Haber tenido ciertas afecciones como pólipos adenomatosos o enfermedad inflamatoria intestinal (como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa) puede aumentar el riesgo.
- Sus antecedentes familiares: Si tienes familiares que han tenido cáncer colorrectal o pólipos, tu riesgo podría ser mayor. Es posible que desee hablar con su médico sobre las pruebas de detección o las pruebas genéticas anteriores.
- Su raza o etnia: Las personas de ascendencia afroamericana y los judíos asquenazíes tienen un mayor riesgo.
- Tener diabetes: Las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo.
Tener uno o más de estos factores de riesgo no significa que definitivamente tendrá cáncer colorrectal. Además, no tener ninguno de estos factores no significa que estés completamente a salvo. Es importante que hable con su médico sobre su riesgo individual y que comience a hacerse pruebas de detección periódicas del cáncer de colon a los 45 años, incluso si no tiene ningún factor de riesgo conocido.
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